Gobernanza más allá de la ley: poder blando y normas

Las leyes establecen límites, pero la cultura y las normas dan forma a cómo se vive la tecnología.

Cuando se habla de gobernanza de la IA, a menudo se piensa en la ley formal: regulaciones, aplicación y cumplimiento. Pero la gobernanza es más amplia que los estatutos. También ocurre a través del poder blando —las reglas informales, las expectativas culturales y las prácticas industriales que moldean el comportamiento mucho antes de que intervengan los tribunales.

Códigos de conducta de la industria

Muchas empresas tecnológicas publican directrices voluntarias sobre equidad, transparencia y responsabilidad. Estos códigos pueden establecer expectativas y fomentar buenas prácticas, pero también son frágiles: sin una aplicación externa, dependen de la voluntad corporativa y de la imagen pública. Pueden inspirar un progreso genuino —o servir como escudo frente a un escrutinio más profundo.

Sociedad civil y presión colectiva

Sindicatos, ONG y movimientos de base desempeñan un papel creciente en la gobernanza de la IA. Desde trabajadores que exigen límites al uso de herramientas de vigilancia hasta activistas que señalan la discriminación en algoritmos, la presión de la sociedad civil obliga a rendir cuentas allí donde la ley va por detrás. Boicots, peticiones y debates públicos generan costes reputacionales que las empresas no pueden ignorar.

Normas culturales y confianza

Las actitudes hacia la IA difieren entre sociedades. En algunos contextos, las personas confían en los sistemas automatizados por considerarlos eficientes e imparciales. En otros, el escepticismo es más profundo, especialmente donde las instituciones ya enfrentan problemas de legitimidad. Estas diferencias culturales influyen no solo en cómo se adopta la IA, sino en cuán estrictamente se espera que sea gobernada.

Más allá de la letra de la ley

La gobernanza no termina donde empieza la ley. Es un sistema en capas en el que interactúan la regulación formal, los estándares de la industria y las normas culturales. La solidez de la gobernanza de la IA puede depender menos de la precisión de una ley concreta y más de si las sociedades logran cultivar una cultura de responsabilidad que se extienda a través de fronteras, industrias y comunidades.

Por qué importa

Centrarse únicamente en la ley es pasar por alto la ecología más amplia de la gobernanza. La IA está moldeada no solo por reguladores y legisladores, sino también por diseñadores, trabajadores, activistas y usuarios. Al reconocer el papel del poder blando y las normas, aceptamos que gobernar la IA no es solo un proyecto legal —es también un proyecto cultural.